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viernes, 5 de mayo de 2006


In the morning you always come back
(Por la mañana, tú siempre regresas)


La tronera del alba
respira con tu boca
en las calles vacías.
Tus ojos son luz gris,
dulces gotas del alba
en las negras colinas.
Tu hálito y tu paso
como el viento del alba
a las casas sumergen.
La ciudad se estremece
tienen olor las piedras-
vida y despertar eres.

Extraviado lucero
en la luz de la aurora,
sonido de la brisa
respiración, tibieza-
la noche ha terminado.

Eres luz y mañana.


*******

Las mañanas transcurren claras

Las mañanas transcurren claras
y vacías. Así tus ojos
se abrían a otro tiempo. La mañana
pasaba lenta, era un remanso
de luz inmóvil. Callaba.
Tú, viva, callabas; las cosas
vivían en tus ojos
(sin pena, sin fiebre, sin sombra)
como en un mar de claridad temprana.

Luz, donde tú estás, allí está el día.
Tú eres la vida y las cosas.
En ti despiertos respirábamos
bajo el cielo que aun se mantiene en nosotros.
Sin pena, sin fiebre, entonces,
ni esta sombra pesada del día
poblado y distinto. Oh, luz,
lejana claridad, respiro
afanoso, vuelve los ojos
inmóviles y claros, sobre nosotros.
Es oscura la mañana que pasa
sin la luz de tus ojos.



*******


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, cara esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

(Respecto a este último poema se puede leer en relación al escrito por Juan Gelman: Césare)

Césare Pavese
(Italia, 09-09-1908 / 27-08-1950)

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