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lunes, 7 de febrero de 2011

Edmond Jabès: El libro de los márgenes I. Eso sigue su curso. (Arena libros, 2004)

Lectura


El escritor no está libre de su escritura más que por el uso que hace de ella: es decir, por su propia lectura. Como si escribir tuviera por meta, en suma, instaurar la lectura de lo que acabará por escribirse, a partir de lo que ha sido escrito.
Por otro lado, lo que se ha escrito, al no ser leído más que cuando se escribe, es constantemente modificado por esta lectura.

El libro se escribe dándose a leer tal como será.
La palabra escrita introduce la lectura; es lo que, para empezar la distingue de la palabra pronunciada. Lo escrito no sustituye a lo dicho para fijarlo o formularlo mejor; sino, al contrario, para gozar de su fragmentación exponiéndolo a la lectura de cada una de sus partes, en sus estados diversos o a sus diferentes niveles de sentido.
Es el ojo quien desencadena la verdadera pregunta, la pregunta de las mil preguntas que dormitan en la letra, y no en el oído.

La lectura es dueña del signo; pero ¿no es del signo y en el signo donde nace y muere la lectura; donde nace y se apaga la mirada?


Edmond Jabès
(Nacido en El Cairo en 1912, de nacionalidad francesa - París, 1991)

Extraído de: El libro de los márgenes I. Eso sigue su curso.
Arena Libros S.L., 2004, Madrid.

Traducción de David Villanueva

más información sobre Edmond Jabès: en A media voz

1 comentarios:

  1. gracias por publicar este texto
    no lo conocía
    viene a resumir nuestra propia mirada al leer, incluso al escribir
    cariños

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