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martes, 1 de julio de 2008

Con esta boca, en este mundo. Olga Orozco. Ed. Sudamericana.1994
¿Quién? ¿quién? ¿quién?

A solas,
en medio del vendaval del tiempo no estoy sola.
Van y vienen, errantes como nubes,
sumisos al capricho de la luz, a las oscilaciones entre la fe y la duda,
pero al final se imponen, lo mismo que una música o un destello lunar,
invadiendo mis ojos, mi nublada cabeza,
desde la extraña, oscura, vertiginosa rotación del tiempo.
¿Son recuerdos, o sombras, o visiones? ¿Espíritus, acaso? Olga Orozco y Alejandra Pizarnik
Los siento agazapados, dispersos en el fondo de todos los rincones,
al acecho de algún momento en blanco, una pausa, una ráfaga, el eco de unos pasos,
y ponerse a existir como la vez primera o la última vez,
mientras aumenta el frío en mis rodillas.
Quién? ¿quién? ¿quién?
Llegan como jirones desprendidos del sueño.
Pero los reconozco: no se han roto los inasibles vínculos.
Son mi abuela, mis padres, mis hermanos en su versión de gasas para el vuelo,
y el modo de caer a vida o muerte, como una inmolación,
hasta el centro engañoso de la llama,
que es mi propia manera de partir y volver a nacer.
Sé también quiénes son los que llegan ahora:
parecerían pájaros en duelo o humaredas que significan "nunca más",
papeles calcinados por embustes, por juramentos y traiciones,
un remolino negro en las tormentas del pasado.
Y tú ¿vienes por mí?
Tú, que desde tan cerca me rodeas con tu abrazo de seda,
huyes después tan rápido que apenas puedo ver el destello de un rastro,
el fulgor de tu piel bendiciendo mis lágrimas,
y sentir que me dejas otra vez tu aliento entre las manos
y este amor sin sosiego entreabriendo la herida en mi costado.
Ahora cierro los ojos y si vuelvo a mirar hay una mancha pálida.
Se balancea, rueda y es la casa, mi refugio de siempre frente al miedo.
Avanza entre las brumas como un barco fantasma,
con su carga de muertos y los viejos enigmas aun sin resolver,
y allí en algún rincón, yo, la sobreviviente,
soy en este destiempo la irreal aparecida,
al acecho de algún momento en blanco, una pausa, un suspenso,
para rehacerme desde algún perfume, una ráfaga, el eco de unos pasos,
y ponerme a existir como por vez primera.
porque de aquel costado seré sombra también, o recuerdo o espíritu,
en busca de los asilos ya perdidos.
Pues tal como perduran en el cuerpo los dolores de las mutilaciones,
así vuelven las almas a reclamar por todos sus vacíos.

________________________________
Olga Orozco - [Olga Gugliotta] - (Argentina, 17-03-1920 / 15-08-1999)


Extraído de:
Orozco, Olga: Con esta boca, en este mundo.
Ed. Sudamericana, Bs.As., 1994

Algunas páginas de referencia:
- Entrevista efectuada a Manuel Ruano a raíz de reparar y prologar la edición de la “Obra poética” de Olga Orozco, editado por Editorial Bilblioteca Ayacucho, Caracas 2000. -
-A media voz, El Poder de la Palabra, Audiovideoteca de Buenos Aires,
-Blog: Olga Orozco

4 comentarios:

  1. Anónimo8/7/08 14:09

    “Tampoco yo te concedí una tregua. Viole tus estatutos. Forcé tus cerraduras y subí a los graneros que denominan porvenir. Hice una sola hoguera con todas tus edades. Te volví del revés igual que a un maleficio que se quiebra o mezcle tus recintos como un anagrama cuyas letras trucan el orden y cambian el sentido.
    Te condensé hasta el punto de una burbuja inmóvil, opaca, prisionera en mis vidriosos cielos… Hemos llegado en este en juego atroz acorralándonos el alma. Se que no habrá descanso, y no me tientas con dejarme invadir por la placida sombra de los vegetales centenarios. (Tiempo)”
    Olga

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  2. hola Lala! gracias por ese 'otro tiempo' que traés de Olga, también. Allí donde se palpita en esa lucha sin tregua, donde el tiempo se torna un campo en lucha, quizás de un amor hecho jirones. Contrapartida con este otro tiempo, donde esas huellas acontecidas toman en este poema otro valor. Aunque reabran la herida en el costado, hay una calma posible, donde hasta el tiempo tome esa dimensión en perpectiva de aquello que fuera vivido: tanto de las luchas, las heridas, como los seres queridos, el ser amado... Pero todos ellos en esa indeterminación del título que todos son capaces de despertar algún recuerdo hecho ya de tantos y diversos materiales donde puede haber tiempo para descansar sobre ellos.

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  3. Gracias por el texto... y esa foto de las dos me mata. Las amo.

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  4. sí, siempre quise darle un beso a las dos




    :)

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