EL TRUENO DE LA SEDA
Escucho el trueno de la seda,
miro el brillo deslumbrador de esa piedra opaca
y huelo las escamas del pez de madera.
Sin embargo, no supe sentir a tiempo tu corazón.
Y tuvieron que pasar tantos siglos para descubrir la dimensión de tal poema... o quizás, fue el encuentro casi fortuito con la reimpresión de este libro de poesía y con quien sostiene su autoría, encontrarme con la noticia que "en realidad" el autor de aquellos versos era un tal Lü Ch’iu. Dinastía Hsia.
Y no sólo eso, sino que el libro, Poesía China (Ed. Gárgola, Bs.As., 2005) es la concepción y la invención de un antólogo chino llamado LaTis Chiá, también "responsable" del “desorden” con que presenta a una cantidad de poetas… chinos, también. Y la alegría al fin de ese encuentro con aquellos versos y con muchos otros, de una poesía sutil, por momentos extranjera, extraña y entrañable a la vez.
Como se afirma en el prólogo, “Entiendo, sin embargo, que no hay ‘progreso’ en poesía. Por lo tanto no existe orden que mostrar. Los poemas se insertan, por su cuenta, en determinados lugares”.
Lugares donde la memoria ubica o produce como invención, al autor, a Alberto Laiseca y que éste a su vez, inventa a su antólogo, dinastías y a cada uno de sus poetas.
Y de ese libro, entre tantas voces, descubro entre tantos, estos poemas:
EL RECUERDO DE TU SONRISA
El rocío aumenta el peso de mi túnica.
El sueño danza lejos de mí
ignorando la entrada que le proponen mis ojos.
Sin embargo es preciso que descanse esta noche,
pues mañana deberé cruzar ese desierto de bambúes de arena.
Casi no tengo agua,
pero el recuerdo de tu sonrisa
puede cambiar la desesperación y el destino.
Cho Tang. Dinastía Chin.
LA GRAN MURALLA
No es su costumbre,
pero la garza amarilla desplegó sus alas e inició anoche un vuelo nocturno.
No es frecuente en China;
pero a veces ocurre que alguien desarma la Gran Muralla
para que el corazón quede expuesto
y pueda volver a amar.
Yuan Ho. Dinastía Han.
EL CRECIMIENTO DE LAS GRANDES AGUAS
Por ti me he vuelto extravagante
como un diablo extranjero.
Miro tus ojos y veo florestas oscuras con algo de amarillo.
Senos infantiles pero de inmensos vértices;
pies diminutos y perfectos.
Entre tus piernas una pequeña Diosa China desnuda.
Cuán clamoroso el brote de bambú,
el marfil rosado,
con que la deidad se corona
como atributo divino.
Me fascina tu pelo negro
sobre la convulsión marrón de los tapices.
Pero Grandes Oídos captan el roce de los dedos
antes de que éstos lleguen a tocar la piel.
Te miro en público y mi corrección se altera.
Sé demasiado bien que múltiples ojos lo registran,
mientras las verdes aguas de la vergüenza
amenazan tragarnos.
No comprendo por qué,
a causa de mi condición femenina,
y de tu Origen Celestial,
sería mal visto si dijese
que eres encantadora.
Poema escrito por una cortesana desconocida
del palacio de Nancia a la Reina.
ARREGLOS DE PAISAJES EN MINIATURA
Tomo un puñado de tierra y hago creer a quien mira,
que se trata de una montaña.
Ella toma una copa labrada, llena de agua,
y la convierte en un río.
Ayer la vi
y acordamos transformar algo entre los dos
para burlar a los Seis Demonios del desierto.
Ho Yuan Chen. Dinastía Legendaria.
PEQUEÑO GORRION
Mi amada no conoce jaulas;
va y vuelve cuando se le ocurre.
No te cantaré cuando te hayas ido,
pequeño gorrión salvaje.
Te canto ahora que me amas.
Shen Chin. Dinastía Wei
TRES AÑOS
Hay un momento donde más muerta está la ilusión
de eso que, desesperados, conseguimos en sueños.
No mucho después,
sino en el instante del despertar.
Abro los ojos luego de un sueño de tres años.
Cho Tang. Dinastía Chin.
EN AGUAS BAJAS
Mis poemas antes tenían
toda la profundidad de la superficie.
Ahora tienen toda la superficialidad
de lo profundo.
Yo sé de la molicie que espera en las aguas bajas.
Shen Chin. Dinastía Wei.
Alberto Laiseca (Argentino, 1941)
Poemas Chinos
Poemas Chinos
Ed. Gárgola, Bs.As., 2005
leiste la poesia haiku, cada tanto entro una pagina que se llama "Jardin haiku" la direccion es http://jardinhaiku.blogspot.com/
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